28 July 2020 |
El concepto de Industria 4.0 ha resurgido con fuerza a raíz de la crisis sanitaria de la Covid-19, que está acelerando muchos procesos tecnológicos y digitales que hasta ahora llevaban un corto recorrido. Durante esta crisis hemos tenido ocasión de comprobar como alguna de las tecnologías propias de la Industria 4.0, como la impresión 3D, han servido para fabricar en tiempo récord respiradores.
La integración total de toda la información entre el mundo físico y el digital en el contexto de los procesos productivos y la adopción de las nuevas tecnologías para su progresiva automatización es un reto que no puede esperar y más en el contexto actual. Cuando hablamos de Industria 4.0 nos referimos a conceptos como tecnología 3D, realidad virtual y aumentada, el IoT (Internet of Things), inteligencia y visión artificial, asistentes virtuales, big data, cloud computing, blockchain, programas modernos de diseño y de simulación de procesos, nano y biotecnología o la computación cuántica.
La enorme cantidad de datos recabados por la tecnología interconectada, y cada vez más inteligente, se encuentra en el núcleo de lo que se conoce también como cuarta revolución industrial. Pero la industria 4.0 supone ir un paso más allá: no solo está revolucionando los métodos de fabricación de productos, sino también su distribución, almacenamiento y la manera en que los clientes se relacionan con las empresas.
El concepto Industria 4.0, sin embargo, no solo se refiere a herramientas tecnológicas. También implica la incorporación de una mayor flexibilidad e individualización de los procesos de fabricación. La industria automotriz es pionera en este ámbito, y es donde ya se están viendo grandes avances en este ámbito debido a que los fabricantes tienen que adaptar los vehículos a las necesidades individuales de los clientes de manera rápida y eficiente.
Pero la nueva industria digital se enfrenta a importantes retos para ser realmente viable. Uno de ellos es la formación y gestión del capital humano para llevar a cabo esta transformación. La Industria 4.0 está generando una demanda de trabajadores con nuevas habilidades en estas nuevas tecnologías relacionados con el conocimiento necesario para implantar soluciones tecnológicas en sus procesos.
Por otra parte, todavía quedan muchas empresas que no disponen de unas infraestructuras adecuadas para integrar cada vez más sensores, nuevas tecnologías, y que tengan capacidad de comunicación inalámbrica. Las fábricas deberán ganar en capacidad de interoperabilidad y en recopilar datos de forma masiva de los elementos que compongan sus procesos de producción, y a su vez deben ser capaces de gestionar y analizar estas grandes cantidades de datos.
Otro aspecto a considerar es el de la ciberseguridad, ya que la transformación digital y tecnológica puede originar brechas que pongan en jaque a las empresas.
Finalmente, todo este cambio tecnológico deberá tener en cuenta también la sostenibilidad y el ahorro de energía.