28 de Junio de 2021 |
Se habla mucho de inteligencia artificial (IA). Pero ¿cómo impactará esta nueva herramienta tecnológica en la distribución y la logística? Lo cierto es que todavía estamos en una fase incipiente, y el sector debe adaptarse tecnológicamente para la implantación masiva de la IA. Sin embargo, ya sabemos algunas de las cosas que puede aportar.
La IA va a permitir que manejemos datos en una cantidad, disparidad y velocidad jamás vista anteriormente. En realidad, ahora ya pueden predecirse tendencias de consumo. Ahora ya disponemos de una gran cantidad de datos sobre los hábitos de compra de los consumidores y sobre la cadena de suministro. La clave es gestionarlos y tratarlos de forma inteligente para obtener resultados nunca vistos hasta ahora.
Amazon ya diseñó en 2012 un sistema que anticipaba las necesidades de los consumidores para acortar notablemente el tiempo de entrega. El sistema llamado anticipatory shipping, permite predecir las ventas por Internet analizando el historial disponible de las compras de los clientes. Así, con cierto margen de error, es capaz de pronosticar lo que se comprará por área geográfica e incluso la cadencia con que lo harán.
En un futuro cada vez menos lejano, el sistema no solo permitiría saber qué van a comprar los consumidores antes de que lo hagan. También permitirá anticipar y optimizar procesos logísticos como el control de inventarios, la automatización de almacenes y los recursos de cada área. Así, podremos saber cuándo debemos reponer una nueva partida de materia prima, además de ser capaces de enviar el pedido al proveedor mejor cualificado en ese momento concreto atendiendo por ejemplo a su situación geográfica, y a las condiciones meteorológicas y de tráfico que el transporte va a encontrarse en el trayecto ya que sabe el momento justo en que va a salir, qué recorrido va a realizar y en qué transporte o transportes.
En el almacén el sistema podrá decidir cuáles son las mejores ubicaciones de cada referencia y los recorridos que deben realizarse internamente, obtener el resultado, aprender y tomar decisiones diferentes para, por ejemplo, maximizar el nivel de servicio en épocas de bajas laborales o vacaciones con anticipación. Si nuestro almacén cuenta con vehículos autoguiados (AGV) y dispositivos de identificación con radiofrecuencia, el sistema podrá tomar decisiones (diferentes cada vez) de mantenimiento de éstos, rutas internas, reubicaciones, número de AGV necesarios en funcionamiento, ordenación de pedidos, decisiones sobre sistemas de picking (por oleadas o pedido a pedido).
Gracias a la IA, al big data el internet de las cosas (IoT) y los procesos en la nube no sólo podemos tener una trazabilidad total en tierra, mar y aire de cualquier mercancía, también podemos conocer sus estados, si el paquete ha sido abierto o manipulado o dañado, o si las condiciones de temperatura y humedad han variado en algún momento. Para elementos que deban incorporarse a otros podremos conocer si el producto está instalado, dónde, si lleva mucho desgaste, si va a necesitar revisarse en breve, si se ha estropeado o roto, etc. A partir de todos esos datos el sistema dará soluciones diferentes por ejemplo para avisar de la necesidad de repuestos de cada zona geográfica. El propio producto deteriorado puede estar conectado a otros objetos o sistemas como un almacén automático y solicitar su propia reposición al final de su ciclo de vida y antes de que acabe por romperse.